Áspero mar.

I.

Último llamado al infierno,
gotas de nácar sobre mis tristes pies
la danza inconclusa,
heridas que se cartean casi a diario
ameba, forma cambiante
instalada en mis propias vísceras, sin piedad
va y viene, el límite del cangrejo bohemio en la noche
sobra la piel cuando te comen el deseo
y ya es tarde mientras atrasas los relojes del rito
mantén la calma,
aun la tormenta no nos ha despertado
mientras finisterre te sueña a cobijo dorado
- estoy cansada de andar a las escondidas, me dices
mi alma se destiñe cuando agitas el collar
no me salen los trucos y la cola no se balancea.

II.

Vas a despegarte, como puedas
importa poco lo que se deja atrás, el futuro es mejor
San Telmo olerá igual cuando esté muerto?
sin embargo algo me suena a dolores conocidos
meses intentándolo, por fin sale
(de prácticas tontas se hace el arco iris)
quedo timado en la misma posición
ni siquiera mi mejor peón avanza siendo visto
me redujo a ser un pastelero frágil
ó el consultor que tiene respuesta para casi todo
incómodos lugares para seguirte los pasos, unos metros más
arrodillarme entre libros, bajar a tus talones de ébano
vértigo de rotation, animales a la deriva
sin embargo la inundación de Texas, te ha salvado el pellejo
frente al espejo del inconformismo.
Ese que no usabas.

III.

Si puedo, elijo la estaca más puntiaguda de la zona sur
así mi grito será más sordo que antes
aprendiz de ofidio frente a los grandes mitos chinos
escasez
burlado por una daga que me recuerda,
los apuros del amor amistad sexo abrazos comprensión
como un esclavo manso, vuelo a poner la cabeza en la hoguera
te prestaría destellos, si los tuviera
haría añicos mis huesos, si fabricaran un mañana decente
tus promesas de atemporalidad cada quince días cambiantes
creo en todo lo que no veo, como una mala fe
pedalea sin distracciones, húndete en el frío
perdiéndote en el camino que no compartimos
mátame, de una buena vez.


C, junio / 06