Thursday, October 26, 2006

Una noche menos. (cuento)



Una fiesta de la mediocridad, en algún lugar de Buenos Aires.
Es sábado, me duele la cabeza y estoy sin dormir hace casi 2 días. Algunos amigos me miran preguntándose como carajo hago, para seguir fumando y tomando caña después de tantos giros. En realidad, tampoco lo sé, imagino que tengo un cuerpo privilegiado o simplemente me voy derrumbando de a poco, como cayendo en cámara lenta. Cuando entro en ese estado el mundo se me cierra y me quedo como mirando una película tonta sin la menor participación, eso implica hasta olvidarme de ir a mear, cosa que solo hago cuando la vejiga me está por explotar, también debo confesar que alguna vez me hice en los pantalones, pero no creo que les interese.
No recuerdo bien como llegué a esta fiesta, ni el porque del suceso. Por lo visto es la inauguración de una casa o alguien se mudó y festeja, no lo sé.
Está lleno de putos, algunos mas manifestados que otros, hay chorros, algún oficinista de paso, hay un pintor que lo conozco de la tele y varios escritores pseudo pops que siempre pululan por estos sitios. También vi unas lesbianas apretando tras un sillón, un poco de gente común y una mujer vestida de betty boop, que sirve unos bocaditos de queso, que están agrios y viejos.
La música esta alta y pareciera que a nadie le importa tres cornos de la humanidad, ese punto quizás sea lo que hace que me quede un rato más.
No hablo con nadie, aunque he visto a mi amigo Julián dando vueltas por ahí he imagino que en algún momento vendrá a decirme algo, no dependo de eso, esta claro.
Busco un lugar para refugiarme, doy vueltas por la casa, pero hay gente por todos sitios, el baño parece público y se hace todo con la puerta entreabierta, que sé yo. Por fin doy con un cuarto donde solo hay dos chicas tiradas en el piso, charlando y fumando porro. Entro con la cabeza gacha, como con vergüenza, y me siento en la pared opuesta a ellas. No me registran y siguen en la suya, hablaban de tipos y otras cosas.
Me entretengo con una bajo eléctrico que encuentro apoyado contra la pared, al que le falta la cuerda más aguda, y me pongo a tocar algunas cosas.
Afuera se escucha la música, que ahora es del tipo 80, y las voces, las risas de la simulación. En mi vasito de plástico tengo un poco de vino barato que obtuve por ahí, y que no me ayuda en nada a mi cabeza que ya a esta hora está casi perforándome los huesos.
En un momento dejé el instrumento, me acomodé en el piso y me dormí profundamente.
Ni idea de cuantas horas pasaron. Lo que recuerdo fue que un rayo de sol me pegaba en los ojos y que me levanté con el cuello agarrotado y con ganas de hacer pis.
Las chicas ya no estaban allí, sólo algunos libros sobre una mesa semi desnuda, unas fotos de cuadros de Dalí y de Paúl Klee, el bajo en la misma posición que lo dejé y unas ropas tiradas en el piso, de alguien.
Salí, la casa estaba vacía y el silencio era de sepulcro.
Entré al baño, prendí un cigarrillo y descargué lo mío. Frente a mí un espejo sucio y por la mitad me devolvió la imagen de mí mismo, ese semibrillo en los ojos, la mueca estúpida del alma.
Recién ahí me di cuenta que ni siquiera me había sacado el sacón de cuero que llevaba y que los cigarrillos se me acababan.
Me lavé la cara con agua fría, demasiado fría para mi gusto, y no encontré ni una putísima toalla para secarme.
Miré mi reloj y eran casi las dos de la tarde. El sol entraba por el tragaluz que tenía la casa y teñía todo de un amarillo furioso. En el piso los síntomas de la guerra; puchos, vasos aplastados, un par de forros, tucas, papeles, y algunos bocaditos destruidos por algún zapato.
De repente veo la puerta y decido salir. Cuando casi lo hago, en el piso, justo en el escalón que te lleva a la salida, encuentro una billetera tirada en el piso. La tomo y salgo de la casa, donde la puerta parecería que nunca se cierra, como la del baño.
No sé bien en que barrio estoy, pero debe ser Monserrat, calculo mientas camino como apurado.
A dos cuadras encuentro un bar y entro a tomar un café, previo a manotearme los bolsillos y encontrar algunos billetes.
Ahí abro la billetera. Había 10 pesos, una estampita de San Jorge, una foto de un nene de 3 años mas o menos, y una cedula de identidad. La mujer se llamaba Esther no sé cuanto y era de mi edad mas o menos. Tenía como una libretita que decía “en caso de extravío llamar a” y un número de teléfono. Nunca había entendido para que mierda venía eso en ciertas billeteras, hasta ese día.
Llamé desde ahí mismo, desde un público. Por la característica suponía que era Provincia de Buenos Aires, pero no estaba seguro. El teléfono sonó como 20 veces o más, por la tele del bar estaban pasando un partido y me distraje con la cantidad de llamadas. Alguien atendió, era ella.
Le expliqué la situación ella me agradeció y me pidió un número de teléfono para llamarme en la semana y arreglar.
La verdad que me olvidé del tema. Puse la billetera en un cajón y esperé el llamado.
Pasó mas de una año y un día buscando no sé que , volví a encontrarme la billetera.
Llamé desde mi casa y atendió un hombre, pedí por ella y me dijo que se había muerto hacía unos meses, andaba en algo raro, drogas , me parece, me dijo. Era el nuevo inquilino de la casa.
Corté.
Saqué los 10 mangos y tiré la billetera a la basura.
Esa noche, me di el lujo de cenar con dos cervezas de arriba.


Cuco.

5 Comments:

Blogger Ailin said...

Mierda. Vos si que tenes suerte che.

2:00 PM  
Blogger Paréntesis said...

recorcholis alcachofa!! no esperaba ese final

3:59 PM  
Blogger Roberto Peturra said...

Como le va Doc.??, veo q tiene alto rating de señorinas hoy...
es verdad lo del final , bastante inesperado, se hubiese llevado alguno de esos Dalí q vió, y estos dias tendria varias cervezas de arriba...

Saludos

7:51 PM  
Blogger Roberto Peturra said...

Bueno pensandolo bien , no se cuanto pueden tener las fotos de los cuadros, aunq sea el bajo podria averlo hecho guita y ahi si podria estar tomando un par de stella artua ( o como se escriba) ...

7:54 PM  
Blogger DoctorAlcachofa said...

agradecido por todos los buenos comentarios.

atte

A

2:08 PM  

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